En este primer encuentro nos acercamos con mi compañero, Gastón Gruz, a nuestro sujeto -Marcos- para conocerlo e idear nuestros retratos.
Marcos es un chico con mucho sentido del humor, extrovertido, histriónico, actor y sumamente crítico a la realidad. En búsqueda de una serie que lo caracterice, él nos confiesa de una faceta suya que ha dejado atrás. Nos habla de una necesitad pasada de pertenecer. De pertenecer a un mundo que lejos estaba de su realidad. De ser alguien que él no era, pero que la presión social lo demandaba.
Ante esta idea que él nos sugiere, intentamos capturar la desesperación por mostrar esta "máscara" que Marcos nos ha revelado. Lo asociamos fuertemente a las redes sociales: él principal instrumento hoy en día para moldear la realidad que nosotros mismos construimos y mostramos.
Ante la pregunta hecha en clase "¿Se puede no crear un personaje?" creemos que la respuesta es no. Con capturar sólo ciertos aspectos de la persona ya se crea un personaje, pues las personas son una construcción mucho más compleja que un grupo de características en una foto.
Decidimos crear a "Marcos", sujeto preso de su imagen y de sí mismo. Omnipresente en las redes hasta el punto de ser fastidioso y ridículo. Sujeto cautivo del lifestreaming, desesperado de mostrar su "realidad" totalmente pulcra y envidiable. Nuestro resultado fue:
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